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La opinión de los alumnos de la FCA

¿A quién le interesan los famosos?

Por: Fernando Vigorena Pérez

El empleo de celebridades en comerciales revela pobreza de ideas y no siempre da retorno a los anunciantes.

Preste atención al próximo comercial que verá en la televisión o en los diarios y revistas. Apuesto que usted se encontrará con tres o cuatro avisos seguidos en los cuales se usan celebridades y “famosos de ocasión” para promocionar desde tiendas de departamentos a productos o servicios variados.

Hace unos años atrás, ese recurso estaba restringido a las agencias menos dotadas y a las propias empresas o house agencies. Tales comerciales eran fruto de la falta de imaginación creativa, aficionados o a puro deslumbramiento. Las agencias más poderosas y sus clientes más profesionales tenían cierta reticencia a usar esa solución primaria y de reconocido rechazo por parte de los consumidores.

Hoy, infelizmente, la cosa superó todos los límites. El uso de los llamados “testimoniales” se viene arrastrando en la misma proporción que la farándula local. Es preocupante porque afecta una de las misiones más importantes del marketing, que es el construir imágenes sólidas y duraderas para las marcas. Porque el uso de celebridades como avales de productos, lo que hace es tercerizar la credibilidad, como un efímero arriendo de la notoriedad ajena, como si un producto solo no pudiese tener valor y personalidad propios, necesitando de ayuda para entrar en los hogares, corazones y mentes de la gente.

El uso injustificado de famosos, casi siempre vinculados a la farándula, significa que el anunciante no cree en su marca, en su oferta, en su agencia, o en las tres juntas.

Otro problema con este truco barato, es que es caro. Los caches u honorarios de los famosos están cada vez más altos, dragando cuantías considerables de recursos que podrían ser mejor aplicadas. Pero el anunciante, apoyado en la falsa seguridad que el testimonio de la celebridad da, no percibe que está gastando más de lo que necesita. Lo que es, en lo mínimo, contradictorio con la necesidad de racionalizar los gastos y la inversión en publicidad. La celebridad no termina por colocar ninguna neurona a la publicidad.

Otro factor importante, es que un producto promocionado por una “personalidad” queda totalmente dependiente de la personalidad, calidad de vida y temporalidad de la conducta de éste. Podría verse envuelto en un escándalo, o aparecer manejando borracho, cambiar de sexo, o cambiarse a la competencia.

El término “testimonio” no es muy apropiado, porque se trata, eso sí, de falso testimonio, perjurio de verdad. ¿Acaso alguien cree de ellos usen el producto que anuncian? El consumidor, al menos, no cree, y eso lo confirman todas las investigaciones sobre el asunto. Ellos saben que están ahí por el caché, a pesar de que agencias y clientes se esmeren en subestimar el intelecto del consumidor.

Es necesario admitir que el recurso es altamente eficiente en ciertos casos. Funciona maravillosamente con niños inocentes y con personas muy humildes, que confunden al actor con el personaje y se tragan cualquier cosa. Un motivo más para que las empresas serias utilicen los “testimonios” con profesionalismo.

Claro que hay agencias y anunciantes que usan a los famosos como competencia, basándose en esquemas creativos en los cuales se respeta la inteligencia del consumidor. En esos casos, se nota que las celebridades comparecen al servicio de una idea y no en sustitución de ellas.

Comentario:

Este artículo me interesó por que lo pude comparar con algunas anécdotas, comentarios y aclaraciones de personas a mí alrededor que han caído en estos testimoniales de personas públicas relacionadas con el medio del espectáculo. Hablar de personas famosas que llaman la atención por su belleza, personalidad, actitud o simplemente por estar en un proyecto novedoso donde llamen la atención del público, es donde éste se convierte en un icono importante para algunas marcas o productos, donde los empresarios ponen el ojo con la ayuda de la mercadotecnia, y así tratan de que éstas figuras deslumbren y den vida a sus productos. Pero según algunas investigaciones ésta forma de promocionar artículos por parte de las empresas deja mucho que desear, ya que muestra pobreza en la aplicación de la mercadotecnia en el producto, y se cree que ésta herramienta resulta ser un arma de doble filo, debido a que si el artista contratado se ve involucrado en algún problema legal, conduciendo en estado de ebriedad o en algún desafortunado evento etc. el producto pierde credibilidad ante los consumidores, y así  ocasiona que los clientes disminuyan la atención, y el interés en el producto ya que en ellos nace la duda acerca del testimonio que da el artista; a tal grado que en ocasiones el producto llega a desaparecer por los malos testimoniales que se presentan a los ojos de los consumidores.

Pero a pesar de que en algunos casos resulta muy mala elección, la promoción de un artículo por parte de un artista, en otros resulta sumamente enriquecedor para la empresa que opta por utilizar este tipo de mercadotecnia, hace algunos años éste tipo de aplicaciones de mercadotecnia sólo podían ser utilizadas por las empresas que generaran más ingresos; ya que la paga al artista costaba mucho dinero, más aun si era famoso y resaltaba ante los demás. En la actualidad varias empresas han logrado con facilidad la publicación de su producto por medio de artistas de gran renombre ante la sociedad, debido a la necesidad de competencia entre ellos.

Bibliografía:

 http://www.sht.com.ar/archivo/marketing/famosos.htm

Alumna: Castañeda Balbuena Karen Celeste 

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