Probablemente haya más, pero comparto contigo 7 cosas que en mi opinión pueden determinar la primera impresión y que en gran medida condicionen el desarrollo de la entrevista y el propio proceso de selección en su conjunto. Por ello, de cara a esa primera impresión que vamos a causar, mucha atención a:

1. Puntualidad. 

¡Qué importante es este primer punto! Llegar tarde puede suponer el descarte inmediato, si bien es cierto que tampoco es buena idea llegar con demasiada anticipación. Si vas a llegar tarde porque ha habido alguna incidencia por el camino, siempre será mejor avisar con antelación por teléfono sobre este hecho, aunque mucho me temo que eso no evitará que transmitamos la imagen de que no hemos sido previsores con el horario de la entrevista.

2. Apariencia.

¿Qué es lo primero que ve el entrevistador cuando nos conoce?, ¿es nuestro atuendo el adecuado para el puesto al que queremos optar?, ¿encaja nuestra forma de vestir con el estilo de la empresa? Si no cuidamos estos detalles podríamos provocar cierta imagen de rechazo en esta primera impresión. Por apariencia no hablo de ser “guapo” o “feo”, sino de ir correctamente vestidos.

Ante la duda, siempre es mejor “pasarse” de bien vestidos que quedarnos cortos, pero si hemos preparado bien la entrevista y analizado convenientemente a la empresa, no tendremos problemas para determinar qué ropa es la más adecuada.

3. Higiene.

Muy relacionada con la anterior. Da igual que la ropa sea la mejor, porque si no está limpia, bien planchada y con buen aspecto, la impresión será sin duda negativa. No se puede ir a una entrevista de trabajo con ropa con rotos o descosidos, nunca. Mucha atención a los zapatos, dicen mucho de alguien y muchas personas no los limpian y abrillantan como es debido.

Hablar de higiene corporal parece una obviedad, pero te sorprendería saber la cantidad de candidatos a los que he tenido que entrevistar que presentaban una higiene muy deficiente: pelo, uñas, y dientes muy sucios, mal aliento (pero que mal de verdad), mal olor corporal, etc.

También atención al maquillaje en el caso de las chicas, que debe ser suave como norma general, o la barba sin afeitar en los chicos. Sobre la barba, da igual que el estilo “sin afeitar” pueda ser una moda: si deseas causar una buena impresión, asegúrate de que la barba se vea arreglada y aseada, que no transmita una sensación de dejadez.

4. Saludo.

¿Sabes dar la mano de la forma más adecuada? Recuerda que la “mano muerta” no causa ninguna buena impresión, todo lo contrario. Debemos ofrecer nuestra mano con firmeza y seguridad.

Sobre dar dos besos, costumbre muy española, mucho cuidado, pues es un atrevimiento que puede salir muy caro.Estamos en un entorno profesional y como tales debemos comportarnos, por lo que nosotros, como candidatos, nuca deberemos ser quienes tomemos la iniciativa en esto de los dos besos. Si acaso nuestro/a reclutador/a inicia el movimiento de besar como saludo, lo podremos corresponder, pero nunca tomar la iniciativa. ¿Te imaginas hacer el movimiento habitual y que la otra persona te pare en seco ofreciéndote la mano para un saludo más formal? 

Recuerda, estamos hablando de crear una primera gran impresión, por lo que este asunto del saludo es fundamental.

5. Fotografía.

Y al hablar de la foto me refiero a la extraña situación que se da cuando el candidato que tienes ante ti se parece en poco al que has visto previamente en la foto del CV o de LinkedIn. 

Es comprensible que en el CV o LinkedIn pongamos nuestra mejor foto, para causar la mejor impresión posible a quien lea nuestro currículum o perfil, pero no podemos poner una tan diferente que el reclutador se quede pensando por unos segundos si se trata de la misma persona o de qué le ha podido pasar al candidato para sufrir un cambio de imagen tan radical. A mi me ha pasado: candidatos con una diferencia de 30 kilos entre la foto y la realidad, que pasan de no tener pelo a tenerlo y viceversa, etc. 

Recuerda, la primera impresión es muy importante, no permitamos que el reclutador se quede pensando en este asunto en lugar de en nuestra valía como profesionales.

6. Coherencia.

En cuanto un candidato abre la boca el reclutador experto sabe ante qué tipo de perfil se encuentra. Y es en este momento cuando la coherencia es fundamental. 

Es imprescindible que las primeras palabras de nuestra conversación confirmen que nuestra formación académica y experiencia profesional es la que hemos indicado en el CV, y eso es algo que el reclutador puede detectar a las primeras de cambio, con un rápido : “este sabe de qué va la cosa” o por el contrario “algo no cuadra con este candidato”. Decir por ejemplo “coloquialismos”, equivocarse en la pronunciación de una palabra, etc.

7. Comunicación no verbal.

Muy relacionado con el saludo, nuestra expresión facial y postura corporal pueden decir mucho más de nosotros de los que nos podamos imaginar.

Si se nos ve tensos, nerviosos, agazapados, si caminamos con los hombros encogidos o con la cabeza baja, estaremos dando muchas pistas al entrevistador sobre nuestro estado de ánimo y optimismo de cara a la entrevista que se va a mantener en apenas unos minutos. Nuestra actitud debe ser de normalidad y felicidad, de seguridad y confianza en nosotros mismos.

También mucha atención a cómo nos sentamos: no podemos sentarnos como en el sofá de nuestra casa ni con la tensión propia de un examen de fin de curso. Se trata de sentarnos bien, con formalidad y transmitiendo naturalidad y seguridad al mismo tiempo.