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La opinión de los alumnos de la FCA

El IMPI o El Laberinto de la Soledad

El IMPI o El Laberinto de la Soledad

Por el Lic. Gerardo Sánchez Vallejo.

Marcas.com.mx

16/Abr/2007

“Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo… del miedo al cambio”.

Octavio Paz

El Laberinto de la Soledad, es una obra que versa sobre la historia y la identidad de los mexicanos, en la cual Octavio Paz analiza de manera crítica a la sociedad mexicana tomando como base la historia, las relaciones con otras culturas y el carácter colectivo de los mexicanos.

El machismo, la sumisión y la apatía de los mexicanos para Octavio Paz son producto de la soledad interna, individual y cultural, aspectos enraizados en la idiosincrasia de los mexicanos.

El mexicano según Octavio Paz, siempre rema a contracorriente y llevar a cabo un trámite de registro de marcas ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), no es la excepción.

Al parecer la apatía de las autoridades del IMPI para retomar o volver a crear los criterios de examen para el registro de marcas, le dan la razón a Octavio Paz.

Cada vez es más común que a las solicitudes de marcas recaigan citas de anterioridad o impedimentos legales que no tienen un sustento, ya no digamos jurídico sino de criterio homogéneo, por parte de los funcionarios del IMPI. Lo que para unos es impedimento legal para otros no lo es, o lo que es semejante en grado de confusión para unos no lo es para otros.

La búsqueda fonética que se debe realizar previamente al ingreso de cualquier solicitud de registro de marca, no ha sido, y ahora menos que nunca, un documento fiable para poder dictaminar la viabilidad o inviabilidad del registro de marcas.

Se han dado casos en donde se puede comprobar fehacientemente que la base de datos del IMPI no se actualiza en tiempo real (lo que es mucho pedir), pero lo grave es que previo a un resultado en donde no se encontró una marca idéntica, el IMPI posteriormente al ingreso de la solicitud, cite una marca idéntica que hacía un mes o más había ingresado al Instituto y no apareció en la búsqueda.

Peor aún, existen ejemplos de citas de anterioridad de marcas idénticas o semejantes en grado de confusión de solicitudes de marcas que ingresaron al IMPI en fecha posterior, sin que se considere el principio de prelación establecido en la Ley de la Propiedad Industrial.

Aunado a lo anterior, se dan casos en que el mismo oficio (anterioridad o impedimento) es girado dos veces, pese a que ya se le dio contestación al primero.

¿En que deriva todo lo anterior?

• Obviamente en que el trámite para registrar una marca no dura entre 3 y 6 meses.
• El costo de derechos (aprovechamientos) se incrementa porque pese a que los oficios del IMPI en los casos que arriba se mencionaron, son totalmente improcedentes se deben pagar los derechos para contestar semejantes barbaridades.
• Total y absoluta falta de credibilidad del IMPI, ante los criterios heterogéneos que se aplican a las solicitudes de registro de marcas.
• Desánimo entre el público usuario de los servicios que en esta materia presta el IMPI, inhibiendo el registro de marcas (sobre todo en lo que se refiere a la micro y pequeña empresa).

Frente a este cúmulo de inconsistencias, el registro de una marca se torna como un verdadero laberinto en donde los usuarios se encuentran solos frente a la autoridad, que en el mejor de los casos les aconsejan “vuelva a iniciar su trámite” o “así es el trámite, argumente lo que a su derecho convenga y pague la tarifa correspondiente”.

Esta idiosincrasia de la administración pública no hace más que confirmar lo que Octavio Paz vislumbra en su obra: al mexicano se le arroja desnudo y desprotegido a ir en todo tiempo contra la corriente.

Yo particularmente creo que esto es cierto, empero, es necesario difundir este tipo de arbitrariedades, si nos quedamos en silencio seguiremos siendo tratados como una masa de ignorantes, lo cual desde luego no somos los Mexicanos.

En mi opinión:

Al pie de la publicación de este artículo encontré varios comentarios acerca del IMPI en su mayoría de manera negativa en donde algunos usuarios se quejan de haber sufrido alguna de las arbitrariedades en el manejo de la información, particularmente creo que en nuestro país desgraciadamente sigue reinando a lo que llamamos de manera despectiva “los burócratas” que están clasificados como empleados a los que no les interesa la importancia de sus trabajo, sino el cómo obtener ingresos hasta de manera corrupta, es por ello que pienso que para seguir obteniendo más dinero de personas que desean reconocer sus marcas y demás, los hacen volver por tener errores y  aclaraciones en sus registros. Tal vez es gracias a esto que como mexicanos hemos perdido la confianza de registrar nuestros productos y marcas y vivimos en el anonimato, pues para perder dinero y tiempo en un registro se prefiere no hacerlo arriesgando de esta manera que alguien usurpe o se adelante en registrar la marca. Y con todo esto contribuyendo a esto al retraso tecnológico y económico de México.

 

Méndez López Ana Leydy

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