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La opinión de los alumnos de la FCA

Efectos Psicologicos del desempleo

Jonathan Graciano Martinez

grupo 251 

 

 

Efectos Psicologicos del desempleo 

 

El desempleo obliga a sus 'víctimas' a librar una doble batalla: por un lado iniciar una búsqueda, en ocasiones contrarreloj, de un trabajo que le permita vivir dignamente, y por otro combatir los efectos psicológicos que influyen, bloquean, merman o incluso cambian radicalmente su ánimo

"Sin trabajo no hay dignidad". Estas palabras pronunciadas recientemente por el revolucionario papa Francisco entrañan un significado mucho mayor del que aparentan. El obispo de Roma encauzaba su discurso hacia la necesidad de renunciar a "un sistema económico mundial que tiene en el centro a un ídolo llamado dinero", pero a la vez daba en el clavo que está martilleando a muchos españoles desde hace ya demasiados años. La crisis trajo el desempleo, y el desempleo trajo consigo un equipaje de mano pesado, inabarcable por sus cuatro costados y creciente con el paso del tiempo: los dañinos efectos psicológicos en el desempleado.

Nacho está en paro. Puede que se sienta identificado con su historia en algunos aspectos, y puede incluso que su historia concuerde punto por punto con la de Nacho. Desde que terminó su carrera (estudia -le decían- estudia que así te asegurarás el futuro) estuvo trabajando durante períodos de diferente duración en varias empresas. Algunas tenían algo que ver con lo que él había estudiado. Otras no tenían ni la más remota relación, pero Nacho es muy echado para adelante, así que no le supuso ningún problema ("es mejor que nada"). Unas veces con contrato, otras, las más, sin él. Sin embargo, esos períodos de tiempo de actividad laboral eran cada vez más cortos y los espacios entre trabajo y trabajo, más largos. Hasta que al final sucedió lo que antes le había pasado a muchos amigos y conocidos (y a muchísimos desconocidos). Después de su último trabajo no volvió a encontrar otro. Y así lleva ya más de un año de "echar currículums" y entrevistas que terminan en "ya le llamaremos".

Nacho tiene un apoyo económico familiar que sin duda es una suerte enorme, pero hay poca ayuda contra el otro gran enemigo, aliado incansable del desempleo: la depresión. Nacho es un rehén del paro. Su mente está secuestrada por pensamientos que no le dejan ver más allá de su situación laboral, privándole de otras sensaciones mundanas a las que jamás pensó que debería renunciar.

Está fuera de toda duda que se puede desarrollar un cuadro de depresión o ansiedad por cuestiones laborales, pero ¿cómo se llega a este punto? La doctora Raquel Tomé López, psicóloga y psicoterapeuta del Centro Guía de Psicoterapia, da algunas claves al respecto. Es muy probables que muchas le resulten familiares. "En torno al 70% de las personas que atiendo en mi consulta atraviesan dificultades laborales debido a diferentes causas:

Las amenazas de despido también causan depresión

– Un problema de desempleo real (es decir, se quedan en paro)

– Amenazas de un despido próximo

– Empeoramiento de las condiciones laborales

– Empeoramiento del clima laboral. Aquí se incluyen algunos compañeros de trabajo tan frecuentes como odiosos tales como "si no aceptas estás condiciones (aunque no estén en tu contrato) te vas a la calle" o "ahora que hemos despedido a uno vas a tener que sacar tú adelante el trabajo que antes hacíais los dos".

Estos factores desembocan en agotamiento físico, problemas de sueño y falta de descanso apropiado, falta de motivación, apatía, irritabilidad, sentimientos de indefensión, impotencia y depresión".

¿Le suena? Si por fortuna no lo ha vivido en sus propias carnes, es probable que algún familiar o conocido esté pasando por algo similar.

Quedarse en paro no desemboca necesariamente en una depresión... Pero ayuda

Nacho siempre fue un tipo alegre. Nunca tuvo problemas para relacionarse, disfrutar de una noche de juerga o, simplemente, ver las cosas positivas de la vida. Era difícil pensar que sólo por el hecho de quedarse sin trabajo durante un largo período de tiempo fuera a cambiar radicalmente su forma de ser.

Sin embargo, a su inactividad laboral se sumaron otros acontecimientos negativos que poco a poco empezaron a hacer mella en su ánimo. Sobre este cúmulo de circunstancias también habla doctora Tomé: "Perder un empleo o temer perderlo no aboca necesariamente a la emergencia directa de un cuadro clínico. Quedarse en paro o anticipar esa eventualidad constituye una circunstancia vital difícil. Sin embargo, la generación o no de sintomatología clínica dependerá de la interacción con otros factores como los recursos personales y de afrontamiento que dicha persona posea. Es decir, el impacto psicológico sobre una persona habrá que entenderlo teniendo en cuenta su interrelación con otros factores personales que aumenten el riesgo de enfermar".

Cómo saber si tiene depresión por haber perdido su empleo

Llegados a este punto puede que usted mismo se esté preguntando si, como Nacho, podría estar sufriendo un cuadro clínico de depresión. Nuevamente la doctora nos guía a través del proceso. "Para ayudar en la identificación de algunos de los síntomas relacionados con el estado depresivo se debe observar si se sufren como mínimo cinco de los siguientes síntomas durante un periodo de dos semanas:

1. Estado de ánimo deprimido.

2. Pérdida de interés o de capacidad para el placer en todas o en casi todas las actividades habituales casi cada día.

3. Aumento o pérdida significativa de peso de más de un 5% del peso corporal en un mes.

4. Insomnio o hipersomnia casi cada día.

5. Agitación o enlentecimiento psicomotor casi cada día.

6. Fatiga o pérdida de energía casi cada día.

7. Sentimientos excesivos de inutilidad o de culpa.

8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse o indecisión casi cada día.

9. Ideas de muerte recurrentes o ideas de suicidio.

Superar el sentimiento de culpa, primer paso para buscar una solución

Lamentablemente encontrar un empleo no está en las manos de Nacho, ni en las de nadie que se encuentra en paro ahora mismo. El problema es mucho más global, y la solución no reside en cada uno. Pero sí que está en sus manos trabajar para salir del estado depresivo o de ansiedad al que le ha arrastrado el desempleo.

Por última vez, la doctora Raquel Tomé explica qué pasos se deben seguir para empezar a ver la luz al final del túnel. "Es muy frecuente escuchar cómo hay personas que pierden el trabajo y como consecuencia sufren también un deterioro masivo de la confianza en sí mismas y terminan erróneamente culpabilizándose de su situación.

 

Piensan que cuando no encuentran trabajo es porque hacen ellos algo mal. Cometen sin saber un grave sesgo cognitivo porque realizan atribuciones personales ("es mi culpa", "no hago las cosas bien") y minimizan el impacto de los factores externos (la realidad es que atravesamos una crisis económica profunda)". Es momento entonces de "buscar apoyos adecuados (sociales, familiares, profesionales e institucionales) que les ayuden a enfrentar su situación de la mejor manera posible y entenderla como un reto difícil que les permite evolucionar, aprender de sí mismos y con la ayuda adecuada también crecer y fortalecerse".

Si a lo largo de este reportaje se ha sentido identificado con Nacho, o conoce a alguien que está atravesando una situación similar, sepa que hay manera de liberarse de este secuestrador. No es fácil, pero sufrir un síndrome de Estocolmo no debe ser nunca una opción.

 

comentario

 

El desempleo puede ser un factor importante en el cambio de actitud en las personas así como en su vida diaria, ya que al no estar preparados ante una situación de retención laboral y tener que buscar empleo y ver que cada vez es más difícil encontrar algo que llene sus expectativas, la situación de sentirse inútiles y más cuando se trata de mantener a su familia y no contar con algún ingreso o apoyo extra que sirva como sostén de  la familia

 

Las personas tienen que aprender a vivir ahorrando y cuidando el empleo, aprender que la forma de tener un ingreso puede estar en cualquier parte, más que nada esforzándose por ser una persona emprendedora y que no se cierre el mundo en un solo empleo, la respuesta puede estar más cerca de lo que se me piensa.

 

Graciano Martinez Jonathan 


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