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La opinión de los alumnos de la FCA

Impuesto a refresco, ¿bueno vs obesidad?

Bonilla Acosta Jonathan Grupo 251

Las industrias del azúcar y del refresco expresaron su rechazo a la intención de gravar con nuevos impuestos al refresco a partir del próximo año.

Argumentan que elevaría la carga fiscal del sector en cerca de 40% y afectaría a más de tres millones y medio de empleos en diversos sectores.

En conferencia de prensa, confederaciones y cámaras de dichas industrias señalaron que un nuevo impuesto que se pretende de 20% afectaría a los sectores de menores ingresos, lejos de combatir la problemática de obesidad en el país.

La Unión Nacional de Productores de Caña de Azúcar, la Confederación Nacional Campesina y la Unión Nacional de Cañeros dijeron que dada la difícil situación del sector agroindustrial azucarero ante una caída de 40% en el precio, así como el relevante papel del pequeño comerciante como generador del autoempleo, es urgente una evaluación de nuevos gravámenes.

El Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana y la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y alcoholera, así como la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas, hicieron también un llamado a evaluar los "efectos recesivos" de la pretensión de un impuesto adicional al refresco.

Luego de que, indicaron, es el único producto de la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas de la canasta básica que ya paga Impuesto al Valor Agregado (IVA) a tasa de 16%.

El director general de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos, Emilio Herrera Arce, explicó la postura de la industria en relación al sobrepeso y obesidad que se atribuye en gran parte al consumo de refresco.

Dijo que se trata de un problema multifactorial, consecuencia de un estilo de vida en el que se presenta un desequilibrio energético entre la ingesta y el gasto de energía, por lo que "no hay manera de señalar a un producto como el principal culpable de este problema".

Por lo tanto, comentó que este es un problema que requiere de esfuerzos coordinados y se debe promover el cambio de comportamiento a estilos de vida saludables, y explicó que los refrescos aportan entre 5.0% y 6.0% de la ingesta calórica promedio del mexicano.

Señaló que existen en el país 1 millón 500,000 puntos de venta con 900,000 pequeños comerciantes, para los cuales entre 25% y 30% de sus ventas totales se generan por el refresco, cuyo valor de producción es de 350,000 millones de pesos, con 2.3% de participación del Producto Interno Bruto.

El polémico impuesto 

Alejandro Calvillo, director de la organización civil El Poder del Consumidor, sostuvo que con sólo 10% de lo que se podría recaudar con la aplicación de un impuesto de 20% a los refrescos sería suficiente para instalar bebederos de agua en las más de 120,000 escuelas del país.

Durante la ponencia de la segunda entrega de la Encuesta Nacional sobre Obesidad, el también investigador planteó que los niños y las niñas tienen derecho al acceso a agua potable, por lo que actualmente se violan sus derechos y, por el contrario, se promueve el consumo de bebidas endulzantes, principalmente refrescos.

Alianza por la Salud Alimentaria, integrada por diversas organizaciones, presentó a los medios de comunicación los resultados del sondeo, en el que se establece que 79% de la población consume refrescos u otras bebidas azucaradas embotelladas. De ese porcentaje, 39% padece obesidad y 29% sobrepeso.

El presidente de la organización Contrapeso, Luis Manuel Encarnación, aseveró en su oportunidad que aplicar un gravamen a los refrescos azucarados representa una medida de gran impacto para desincentivar el consumo de esos productos, que tienen gran aporte calórico y no proporcionan ningún nutriente al organismo.

Recordó que México ocupa el primer lugar en consumo de refrescos, lo que se refleja en un gran número de casos de obesidad y diabetes.

Afirmó que de acuerdo con la segunda Encuesta Nacional Sobre Obesidad 71% de la población está de acuerdo con aumentar el impuesto a los refrescos y que el dinero recabado se utilice para instalar bebederos de agua potable en las escuelas y espacios públicos.

Además, 33% considera que para que exista una disminución en el consumo de esos productos su precio debería aumentar entre 1 y 5 pesos mientras que 21% opina que debe ser de entre 6 y 10 pesos.

 

Conclusión:

A mi parecer el implementar un impuesto al refresco no hará que la obesidad disminuya ya que no creo que dejen de consumir el refresco solo por incrementar el precio un poco al refresco.

Lo que si es que afectara y este impuesto al refresco tendrá un mayor impacto a la industria cañera, ya que siento en lo personal que sea el principal afectado.

Pero al mismo tiempo es una iniciativa en la cual le debemos de dar seguimiento  ya que debemos de observar las estadísticas como disminuye o incrementa los índices de obesidad tras los años.

 

Bonilla Acosta Jonathan Grupo 251

Martes, 27 de agosto de 2013 a las 14:54 http://www.cnnexpansion.com/economia/2013/08/27/impuesto-a-refresco-bueno-vs-obesidad

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