El cuidado de la imagen personal
El cuidado de la imagen personal
Por Abraham García de León 21-09-2016
Todos hemos sido vendedores en nuestra vida, algunos destacan la pasión por el tema de las ventas haciéndola parte de su carrera, en ciertos procesos de entrevista hago la pregunta ¿Qué es lo más caro o más apreciado que has vendido en tu vida?, y me sorprenden respuestas como “yo nunca he vendido”, “no me gustan las ventas”, no dándose cuenta que lo más caro que han vendido es su experiencia, su persona, por tanto, su propia marca que tiene nombre y apellido.
El estar abiertos a nuevas ofertas laborales no es negativo, el escuchar, de entrada es una actividad sana para poder realizar un benchmark personal y con ello conocer que tan “empleables” somos y vigentes estamos, si tenemos la humildad para reconocer las áreas de oportunidad por las que no fuimos requeridos para formar parte del nuevo proceso de reclutamiento y selección, podríamos realizar un plan de trabajo y acciones encaminadas precisamente en reforzar o adquirir experiencia o conocimiento.
Un modelo que en lo particular me agrada debido a su facilidad de comprensión es el de Morgan McCall en los años 90’s, el proceso 70-20-10 que indica que el 70 por ciento del aprendizaje se obtendrá por medio de la experiencia en el trabajo del día a día, siendo necesario que exista un plan de acciones medibles dentro de la compañía que pertenecemos, el cual nos permita obtener y adquirir nuevos conocimientos, poniendo en práctica el A/B testing.
El otro 20 por ciento se obtendrá del resultado de interacciones interpersonales, lo que aprendemos de otras personas, así que el plan será localizar el mentor, el especialista, el coach o la persona con mayor experiencia en la organización, área o departamento para que nos traslade su conocimiento, incluso podría ser el jefe directo.
Y solo el 10 por ciento restante se adquiere por medio de formación tradicional, es decir, cursos, libros, seminarios, diplomados, etc.
El cambio es una constante por ende las condiciones cambian, y puede ser qué nuestras aspiraciones ya no estén empatadas con los objetivos de la organización que formamos parte, lo cual es completamente natural, hasta en las relaciones de pareja lo es, cuando ese momento sucede (a lo que yo llamo desviación de caminos), nos damos a la tarea de buscar nuevos retos profesionales u oportunidades laborales, este proceso puede despertar sentimiento de incomodidad en la relación laboral sobre todo con el jefe directo.
Sin embargo la madurez emocional debe estar presente respetando el principio de honestidad y confianza, siempre he dicho que la confianza no se gana, sino se pierde, así que seamos lo suficientemente abiertos y sinceros, expresando nuestra opinión con asertividad, sin en dado caso se presenta la oportunidad de ingresar a una nueva compañía, el momento de la renuncia podría ser muy incómodo, desgastando e incluso perdiendo la imagen que se tiene de la persona respecto a su honorabilidad y profesionalismo, considero que el mismo gusto del ingreso a una compañía debe existir al momento de la separación.
Conocer cuánto valen económicamente nuestros esfuerzos y por ende nuestro trabajo es trascendental para nuestro equilibrio y estabilidad laboral, no debemos caer en la zona gris de sentir que somos superiores e irremplazables en una organización, con ello estaríamos cayendo en la soberbia.
Tengamos en cuenta que en la forma de pedir está el dar, cuando existe una filosofía de ganar-ganar no solo estamos velando por los intereses personales sino también por los intereses de la compañía para la cual decidimos alquilarnos, de lo contrario una postura de ganar-perder, no solo expresa los problemas de actitud, soberbia y de orgullo, rasgos que sumados, lejos de crear una imagen de competitividad denotan problemas de personalidad, adaptabilidad, flexibilidad, disponibilidad y de trabajo en equipo.
Cuidemos el producto más importante, nuestra persona, honremos la confianza, la transparencia y la comunicación; el mundo del marketing y el de digital es muy pequeño y tarde que temprano nos volvemos a encontrar en esta vida profesional.
Comentario:
Luisa Giselle Nava Camacho Grupo 242
Este artículo es muy interesante ya que nos muestra la importancia de cuidar nuestra imagen personal de manera que nos facilite las relaciones laborales y podamos desarrollar nuestras habilidades dentro de este ámbito profesional.
Saber detectar nuestras áreas de oportunidad y cuando estas no se puedan cumplir no quedarnos con los brazos cruzados, sino buscar la manera de sacar adelante esos aprendizajes para que en un futuro podamos desarrollarlos.
El modelo 70, 20, 10 está basado en las cuestiones que nos ayudan a ser personas de calidad, funcionales y de gran importancia para las empresas y las personas que nos rodean. Además, nos puede ayudar a ser profesionistas exitosos, si tratamos de llegar a tener ese 100%.
Tenemos que tener mucho cuidado a la hora de solicitar un puesto, al igual que cuando lo abandonamos, ya que esto definirá las referencias que puedan brindar de usted.
La humildad para aceptar a que cosas somos capaces y cuáles son nuestras limitaciones es fundamental para crear un buen benchmark personal y definir qué es lo que necesitamos hacer para ser mejores.
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