Su investigación encontró que las mujeres tienen una pequeña ventana de cuatro años, desde los 38 hasta los 41 años, cuando son consideradas adecuadas para los roles de liderazgo. Los hombres en cambio, tienen una ventana de 17 años.
"Vestir casual no proyecta liderazgo en las mujeres. En un mundo en el que hay pocas mujeres líderes, debes reflejar tu autoridad y potencial con un aspecto algo más elegante, y ser agresivamente informal no ayuda, no se interpreta como poder", dice.
Los códigos de vestimenta profesional informal también pueden ser una desventaja para las personas de color, argumenta Hewitt. "Todavía estamos programados para imaginar que una mujer agresivamente casual ocupa quizás un puesto menor y eso también es cierto para las mujeres de color".
Sandra López, vicepresidenta de Intel Sports Group, es mujer y latina. Al comienzo de su carrera se vestía para encajar.
"No tenía la autoridad que tengo hoy. Vestía como uno de los chicos, con trajes de pantalón y nunca llevaba tacones de aguja... para transmitir rasgos más masculinos, autoridad y poder. Pensaba que era importante para cimentarme tanto como pudiera como igual a mis pares masculinos".
Pero con el tiempo se dio cuenta de que realmente estaba ocultando su identidad. A medida que subía en la escala profesional ganó más confianza para aceptar quién era. "No me disculpo por usar tacones rojos y vestidos. Comencé a tener realmente un guardarropa que representaba lo que era como persona".
Aunque su ropa ha cambiado todavía tiene su traje “de poder” en el armario. Era un traje negro a rayas parecido al de sus colegas masculinos. "Representaba el poder. Nunca lo regalaré, me recuerda dónde comencé y cuánto he evolucionado", recuerda.
Ropa profesional y funcional
La lucha de Sali Christeson por vestirse todas las mañanas la llevó a fundar en 2016 la empresa de ropa laboral femenina Argent.
"Históricamente, nunca he podido encontrar algo que me encantara usar para el trabajo", dice.
La compañía elabora ropa de trabajo para mujeres que buscan comodidad y funcionalidad con mucha personalidad. Por ejemplo, sus blazers tienen múltiples bolsillos: uno para un teléfono celular, otro para una tarjeta de crédito o identificación, y un lugar para guardar bolígrafos o brillo labial.
"Ahora puedes ir a una reunión con nuestro blazer y luego directamente a almorzar con tus colegas. No tienes que volver a tu escritorio para buscar tu bolso". Son esas sutilezas, dice ella, las que pueden igualar el terreno en la oficina.
Conforme la línea entre el trabajo y el tiempo personal se vuelve cada vez más difusa, la ropa laboral podría volverse aún más relajada y cómoda.
"A medida que nuestra jornada laboral se extiende para absorber la mayoría de nuestras horas de vigilia gracias a la tecnología, puedes cenar, acostar a los niños y luego regresar a la computadora portátil y trabajar de tres a cinco horas adicionales", dice Scott Birnbaum, fundador de la firma de capital riesgo Red Sea Ventures.
Su firma fue uno de los primeros inversionistas en el fabricante de calzado Allbirds y en la compañía de ropa deportiva Outdoor Voices, con la idea de que la vestimenta informal seguirá infiltrándose en la oficina mientras los trabajadores intentan introducir más momentos personales en su día, como una meditación rápida o una sesión de yoga.
Incluso Ann Taylor ha agregado más material elástico a sus pantalones y chaquetas. "Nuestra cliente quiere sentirse lo más cómoda posible en el trabajo", dice Rosen.
Los trajes para hombre también son hoy más elásticos. Éclectic, minorista francés de moda masculina, abrió recientemente una tienda en la ciudad de Nueva York que comercializa sacos hechos de fibras que se estiran, de la misma manera que la ropa de entrenamiento, y que ayudan a regular la temperatura y brindan más flexibilidad.
"Hoy en día tienes un traje tradicional o una sudadera o un atuendo cómodo como el estilo activewear", dice Franck Malegue, fundador de la compañía.
"Creo que muchos de los que usan ropa tipo activewear lo están haciendo principalmente porque quieren comodidad y estilo. Estarían contentos si pudieran mantener la actividad que disfrutan, pero conservan la apariencia y la elegancia de un atuendo más tradicional".
A medida que el trabajo continúa ocupando más esferas de nuestras vidas no tendremos tiempo de cambiarnos para un entrenamiento rápido o una sesión de meditación, dice Birnbaum.
"Todos somos trabajadores de resistencia, y si así es como estás viviendo tu vida, entonces quieres optimizar la comodidad".
Link del artículo:
https://expansion.mx/carrera/2019/01/27/por-que-es-tan-dificil-vestir-para-el-trabajo?fbclid=IwAR2RJC-CYs W3QIjpXkDPByNZ7RsEuXz614XCyVFZ5cm9PFftHDnNUEXuoM
Opinión personal:
Desde mi punto de vista, me parece una buena “estrategia” el hecho de que hoy en día los códigos de vestimenta informal se estén utilizando en las empresas para atraer y retener empleados. Pero, así como hay personas a las que esto les puede parecer fascinante para algunas otras la idea de tener que elegir un atuendo informal y profesional a la vez, podría llegar a ser un conflicto, hasta el punto de llegar a ocasionarles un alto nivel de estrés o ansiedad. Es por ello que considero que lo ideal sería que las empresas establecieran de una forma muy específica los límites entre lo informal y la comodidad.
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