Las 3 cosas que nunca se deben pronunciar si se quiere triunfar en la vida.
Guerrero Sánchez Lucero Guadalupe Mercadotecnia Grupo 241
Las palabras tienen magia, pueden empoderar o desmotivar a una persona, cerrar o no un contrato, o simplemente cambiar nuestra vida o la de alguien más, dice Daniella Cano.
(Expansión) - Desde la primera época del ser humano lo que nos diferenció y lo ha seguido haciendo de los animales, es el lenguaje. En un inicio nos permitió vivir en comunidades, para luego evolucionar a redes de mercadeo, establecer grades civilizaciones y crear culturas que han trascendido por generaciones.
A partir de mi entrenamiento en programación neurolingüística (PNL), me di cuenta que el lenguaje es verdaderamente clave y que en la época que estamos viviendo no le damos la importancia y la atención que en realidad tiene. Es la herramienta más poderosa que tenemos los seres humanos, podemos construir grandes cosas con él o de la misma forma destruirlas en segundos.
He aprendido que nuestro lenguaje se va moldeando de acuerdo a nuestras creencias, éstas vienen de las cosas que nos dicen nuestros papás o la gente con quienes crecemos, por ejemplo, uno de mis alumnos tenía la creencia limitante de que era un flojo, y siempre se lo decía a él mismo; cuando trabajamos en el tema, se dio cuenta de que la creencia venía de que su mamá le decía: “Hijo, como tú naciste sentado, todos sabíamos que ibas a ser un flojo”, este es el tipo de creencias que debemos identificar para eliminar y alcanzar nuestro máximo potencial.
Desde que nacemos, aprendemos el idioma materno, a seleccionar nuestras palabras, aprendemos que existen diferentes tonos de voz para expresar distintas emociones o situaciones, incluso podemos aprender otros idiomas, todo esto lo usamos como recursos para convivir en sociedad, pero nadie nunca nos enseña a darle un propósito más grande.
Como todos sabemos, el lenguaje lo expresamos de dos maneras: verbal y no verbal. El no verbal es nuestro lenguaje corporal, por lo que debemos poner especial atención a nuestros gestos y cuerpo al hablar, ya que compone más del 50% de nuestra comunicación, aquí hago especial énfasis con mis alumnos ya que en la comunicación efectiva, impacta más el cómo lo dices que lo que dices.
Para el lenguaje verbal me encanta utilizar la frase “Las palabras tienen magia”, ya que una palabra puede hacer o deshacer tu día, empoderar o desmotivar a una persona, cerrar o no un contrato, o simplemente con una palabra podemos cambiar nuestra vida o la de alguien más, es por eso que debemos de ser implacables con nuestras palabras, empezando por cómo nos hablamos a nosotros mismos, hasta cómo le hablamos a los demás.
Todas las palabras que usamos tienen un impacto diferente en nuestro cerebro, si queremos mejores resultados debemos escoger mejores palabras, de esto me di cuenta a lo largo de mi carrera como entrenadora en PNL, inteligencia emocional y neuroventas, he notado que, si queremos triunfar en la vida, debemos ser nuestros mejores entrenadores personales, entonces si queremos ser felices y exitosos debemos eliminar para siempre estas tres expresiones de nuestro vocabulario:
La primera es "tratar" o "intentar" – esta palabra nos da inconscientemente un pase libre para no lograr las cosas, es una palabra mediocre por excelencia, también le resta responsabilidad personal a situaciones fallidas, por lo que si quieres ser su mejor versión y alcanzar sus objetivos, eliminen esta palabra de su vocabulario. Bien diría el maestro Yoda en Star Wars “Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”
La segunda palabra es “hubiera” –como diría mi maestro el doctor Richard Bandler “Lo mejor del pasado es que ya acabó” estar reviviendo el pasado es como querer cambiar la tinta seca de un cuadro, lo que sí puedes hacer es aprender a pintar mejor y pintar un cuadro nuevo que te guste más aplicando lo que aprendiste en las demás experiencias.
Y la tercera palabra que debemos eliminar es mas bien la expresión "no puedo", pues al momento que usamos esta frase, nuestra neurología se apaga, es como si nos apagaran las luces en el cerebro, nos paralizamos y nos frustramos, aquí lo que debemos decir es “cómo puedo”. En ese momento nuestro cerebro verá un problema en frente y se pondrá a trabajar para buscar una solución.
En conclusión, la calidad de nuestro lenguaje va a ser directamente proporcional a nuestra capacidad de lograr objetivos y metas, motivarnos y persistir ante las adversidades, de crear conexiones más profundas y de valor con la gente que nos rodea, de construir una sociedad más armónica y con más tolerancia, y lo más importante, de utilizar el lenguaje para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
Nota del editor: Daniella Cano es CEO y Fundadora de Colormind. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor. (Cano, 2019)
Opinión personal:
Considero que cada una de estas palabras, al interpretarlas y sentirlas aportan a una negatividad, ya que al pensar en no lograr objetivos o metas es frustrante y te desanima.
Es muy importante que, al expresarnos, relacionemos nuestro cerebro con lo que vamos a decir, ya que muy posiblemente afectemos a las personas que se encuentran en nuestro entorno.
A partir del momento que terminé de leer el artículo, creo que esas palabras las tengo muy presentes, ya que es primordial el sentido de ánimo que tengamos para levantarnos día con día con una actitud positiva, en donde no importa si el día anterior no fue de nuestro agrado, lo importante es continuar.
Al leer el artículo, sin darme cuenta de las veces que me he sentido desmotivada y he utilizado muy constantemente esas frases, todo para mí, tuvo coherencia, ya que, si me ha sucedido al momento de sentir esa negatividad, sin duda, sé que está en la actitud de cada una de las personas, el salir adelante en cada una de las actividades diarias, o bien, alguna meta a corto, mediano o largo plazo, si se esfuerza por conseguirlo, tarde o temprano se reconocerá ese logro.
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