Las Desventajas de ser talentoso
Este artículo es de Samuel Gómez Patiño y nos habla sobre una experiencia de un compañero. Se graduó en diciembre de 1985, de la carrera de administración de empresas, la vigésima bis, fueron 40 compañeros con sueños, habilidades y talentos. En Aquella época solo se abría un grupo por generación, estudiábamos en la tarde, de cinco a diez de la noche. La mayoría ya trabajábamos, algunos eran dueños de negocios otro apenas empezábamos nuestra vida profesional. No siempre las calificaciones evalúan el talento que tenemos y de hecho algunas veces ni siquiera nosotros lo reconocemos.
Esta es la historia de uno de mis compañeros de clase:
Cuando estudie en la Preparatoria Federal “Lázaro Cárdenas” fue la primera vez que nos topamos en una materia, acudía los sábados al taller de pintura con otro amigo, ahora ingeniero José Manuel Rojas Guzmán, y él estaba ahí con su carácter dicharachero, burlesco y pierde tiempo. Recuerdo que hablábamos con el maestro y le solicitamos que no le permitiera tomar el curso con nosotros ya que nos distraía lo cual no permitía que avanzáramos en nuestras pinturas.
Dejo de asistir, no recuerdo si por nuestra recomendación o porque sencillamente le aburrió el taller.
Por cuestiones del destino, entre un año tarde a la universidad y en mi primera semana en la licenciatura, cual sería mi sorpresa cuando en la clase de matemáticas que nos impartió el maestro Luis Meza Aristigue, nos solicita que nos presentemos, se para y con un pie sobre el mesa banco comenta:
-¡Me llamo Leobardo Meza Aristegui! Y no es casualidad que tenga el mismo apellido que el maestro, acepto tortas y sodas para hablar de ustedes con mi hermano (Es el único que cuando lo registraron le cambiaron el apellido)
Tanto para Luis como para su servidor fue un trágame tierra, para el cómo su hermano para mí porque era mi compañero de clase. No podía imaginar que pronto se convertiría en mi amigo y con el tiempo padrino de mi hijo Samuel Alfonso, mi compadre.
Al llegar a la universidad, había dejado de preocuparme por mis calificaciones, me importaba más aprender, no estresarme y terminar mi carrera profesional; quizás esto hizo que mi relación de amistad con Leobardo se fortaleciera. A mí nunca me gusto fumar o tomar cerveza ni licor, pero fue el respeto mutuo por aceptarnos como éramos lo que ayudo a estrechar nuestra relación hasta la fecha, como compañeros maestros en la universidad, aunque el llego a dar clases muchos años después.
Cuando nos graduamos, todos tomamos caminos diferentes y Leobardo fue contratado por una de las cadenas de abarrotes más importantes de la ciudad, los “Mercados Calimax” (curiosamente mi primer trabajo fue en la competencia, los “Mercados Limón descuento”). Antes de iniciar su camino como subgerente de sucursal, lo invitaron a tomar un curso de capacitación, que consistió en laborar en las diversas áreas de la tienda; así fue como estuvo en la carnicería, en cajas, en abarrotes y los diversos departamentos.
Cuando me encontraba a otros compañeros, a sabiendas que éramos amigos siempre lo criticaban, me comentaban que como era posible que siendo un “Licenciado de Administración de Empresas” ya titulado estuviera como carnicero o atendiendo en las cajas. Por lo regular les decía, todos estudiamos administración pero en cualquier negocio no basta eso, hay que ser humildes para aprender, pido un bisteck de carne pero no se de cortes, o hay problemas en cajas y no se resolver porque nunca he trabajado en esa actividad.
No deja de ser el muchacho (ahora en los 50) optimista, bromista, con el carisma suficiente para generar amigos y confianza a su alrededor, pero cuando se trata de trabajo tampoco olvida ser responsable, inteligente para resolver los problemas con la suficiente intuición para responder rápido y dar más allá de lo que le piden aprendiendo de su experiencia. Por eso, fue ascendiendo dentro de la organización, de ser subgerente de la tienda a gerente, al departamento de recursos humanos y a tener responsabilidades de la alianza de “Calimax” con una organización norteamericana “Smart & Final”. Me parece dio parte de su vida (alrededor de 15 años) dentro de la empresa, para que llegara una mañana y le dieran la noticia de que dejaba de trabajar para ellos.
Cuando su inmediato superior sintió supuesta amenaza por mi compadre, decidió correrlo. Fue un duro golpe para él. Puede uno esperar que cometas algún error y decidan separarte de la compañía o que tengan que adelgazar la organización y seas el sacrificado, pero nadie espera que por nuestro talento perdamos el trabajo que con amor, respeto y responsabilidad desarrollamos.
Mi opinión
A veces los estudiantes se preocupan por tener una buena calificación, tener mejor promedio que otros o ser el número uno en la subasta, pero este articulo más que nada me dio a entender que debemos buscar tener relaciones, relaciones con otros compañeros o maestros para que ellos mismos vean el talento que llevamos, de esa forma tendremos una mejor oportunidad de empleo y estar considerado para algún tipo de proyecto, la cuestión académica no lo es todo, pero sí importa para poderte titular, aunque a veces olvidamos las relaciones, algo que nos brindara un mejor contexto de lo que es el campo laboral, de esa forma podremos llegar a ser alguien con talento.
Garcia Rodriguez Brandon Adrian Grupo: 243
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